Santuarios Marianos
Nuestra Señora del Rosario de Fátima es la expresión a la petición de Nuestra Señora del Rosario, aludido el 13 de agosto de 1917 y expresamente indicado en la aparición del 13 de octubre de ese año a Lucía de Jesús, Francisco Marto y Jacinta Marto:
«Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor, que soy la Señora del Rosario» (Primera Memoria de la Hermana Lucía).
La capilla fue construida en 1919 en el lugar de las apariciones de 1917 en Cova de Iria y, desde entonces, el espacio del Santuario se siguió edificando, como respuesta a la significativa afluencia de peregrinos. El Santuario de Fátima es lugar de peregrinación, hace memoria a su acontecimiento fundacional, las apariciones de Nuestra Señora a los tres Pastorcitos. El acogimiento pastoral de los peregrinos es elemento primordial de su misión. El Santuario de Fátima custodia el mensaje del acontecimiento de Fátima. Es su misión el estudio y la difusión de este mensaje, trabajado como medio de evangelización en Portugal y en el mundo. El Santuario de Fátima es, por voluntad expresa de la Sede Apostólica, un Santuario Nacional.
En 1858, Lourdes tenía algo más de 4 000 habitantes, cuando la Virgen se le apareció a la joven Bernadette Soubirous. Entre el 11 de febrero de 1858 y el 16 de julio del mismo año, se registraron no menos de 18 apariciones. Muy pronto, los peregrinos comenzaron a acudir a Lourdes para descubrir la Gruta de las Apariciones. Para poder acogerlos y siguiendo el Mensaje de Lourdes, se construyeron varios edificios. El primero de ellos fue la Cripta, inaugurada en 1866.
El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es un conjunto de edificios y lugares dedicados al culto de la Virgen María, en Francia. El complejo incluye las basílicas de la Inmaculada Concepción, la de Nuestra Señora del Rosario y la de san Pío X, así como la Gruta de las apariciones, donde la Virgen se presentó ante Bernadette Soubirous. El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, junto con los Santuarios de Torreciudad, Montserrat, Meritxell y El Pilar conforman la Ruta mariana, itinerario guiado por la espiritualidad y devoción mariana, poseedor de una gran riqueza patrimonial, gastronómica y natural.