Basílica de la Anunciación
BASÍLICA DE LA ANUNCIACIÓN: El complejo conjunto merece un detenido y minucioso estudio para disfrutar de la belleza artística en él atesorada, la complejidad arquitectónica y, sobre todo, el mensaje espiritual, tan actual como toda palabra que sale de la boca de Dios. Quiere ser un homenaje a María y ha querido ser una obra de arte en todo lo que esté al servicio de la devoción mariana. Desde las magníficas cerámicas del Vía crucis y los tímpanos hasta las vidrieras.El atrio inferior, el edificio de la iglesia propiamente dicho, articulado en tres niveles, y la explanada superior, que cubre el poblado primitivo, y el baptisterio. Al franquear el portón entramos en el atrio y patio central con su claustro. En sus muros se han ido alineando, en mosaico y cerámica policroma, las advocaciones marianas más significativas de distintas naciones.
Enfrente tenemos la fachada principal, la del Ángelus, dedicada a Cristo Redentor. En piedra caliza de la región, rosa y dorada, tiene tallados, en moderno y airoso diseño, el símbolo de los cuatro evangelistas, la escena del ángelus y sus palabras. Dos puertas de bronce con escenas bíblicas nos dan acceso al interior. La fachada sur, dedicada a María niña, también en piedra y de las mismas características que la principal, tiene grabada la Salve. La adorna una imagen graciosa de la Virgen joven, recogida en un nicho de diseño. La tercera fachada, la norte, se abre a la plataforma superior y al baptisterio. Sus leyendas hacen referencia a las dos iglesias del recinto, a sus dos pulmones, la iglesia proveniente del judaísmo y la iglesia de los gentiles. Las cerámicas de sus tímpanos bien merecen una mirada.
El interior es sobrecogedor. Según la dirección que hayamos seguido, una u otra puerta, la escalera de caracol –también obra de arte, con sus esmeradas vidrieras y referencias patrísticas– nos sorprenderá con motivos distintos. El inmenso presbiterio con su también inmenso mosaico dedicado a la Iglesia total, a María, madre de la Iglesia, con sus referencias a la mujer vestida de sol, a la iglesia triunfante y a la militante. La vidriera principal, sinfonía de luz, versión peculiar de nuestros tradicionales rosetones góticos. Si bajamos humildemente nuestros ojos en atención al misterio, el mosaico del piso cautivará inmediatamente nuestra atención: sus mosaicos, de corte moderno, nos recordarán los grandes concilios que fueron perfilando los dogmas cristológicos y marialógicos.