Tras las Huellas de San Ignacio de Loyola
Recrea la ruta que Ignacio de Loyola, siendo caballero, recorrió el año 1522 desde Loyola hasta Manresa. En 1522 Ignacio de Loyola viajó desde su casa en Loyola a Montserrat y Manresa, no lejos de Barcelona. Su peregrinación de casi un mes cambió su vida. Sus proyectos posteriores ayudaron a transformar el mundo.
El Camino Real que Ignacio siguió tras su estancia en Navarrete coincide con el que hoy llamamos “Camino de Santiago” que transita por Cataluña, Aragón, Navarra y la Rioja. No sabemos cuántos peregrinos hacia Santiago se cruzaron con Ignacio, pero tuvo que sentirse más de una vez “a contracorriente”, al marchar en sentido inverso al de los que peregrinaban a Compostela. Un rasgo muy propio de Ignacio fue respetar la conciencia y el camino de cada uno pero, si él tenía que ir “a la contra”, no lo dudaba, lo hacía a mayor gloria de Dios, lo mismo que todo cuanto emprendía.
Te proponemos vivir la experiencia de Ignacio, en contra sentido. Te cruzarás con otros peregrinos, porque el suyo es también nuestro camino… pero en el sentido contrario a las flechas amarillas que apuntan a Santiago y que irás encontrando en tu trayecto. Al igual que Ignacio de Loyola, nosotros buscamos otro horizonte, otro destino. Tal vez deseamos llegar a Jerusalén, como él, ¿por qué no? Pero antes de eso, te animamos a que llegues hasta Manresa, hasta la Cueva, y que hagas como Ignacio un parada en tu vida, para descubrir cómo Dios enseña a caminar “como si fuese nuestro maestro”, tomándonos de la mano.
Para Ignacio, Jerusalén era la tierra de Jesús, una forma de entablar una relación más estrecha con él, de confirmar su adhesión personal que brotaba de la experiencia vivida de los Ejercicios Espirituales. No se trata de una mera asimilación de los valores evangélicos o adoptar un proyecto atractivo de mejorar nuestro mundo. Lo que Ignacio quiere es un compromiso serio al “servicio de nuestro Señor Jesucristo”.
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